A continuación, te daremos algunos tips para cuidar tu salud y prevenir no solo el cáncer, sino otras enfermedades relacionadas. ¡Hoy es el día de empezar a cuidarte y sentirte bien!
Alimentación saludable: los alimentos que se consumen cada día, deben tener las cantidades adecuadas, tanto de los macronutrientes (carbohidratos, proteínas, lípidos), como los micronutrientes (minerales y vitaminas) y agua, esencial, para satisfacer los requerimientos fisiológicos de cada individuo. En una buena alimentación incluye la calidad y la cantidad de los alimentos. Por eso, es importante (Váscones, 2012).
Recuerde, no existen alimentos buenos o malos, que nos hagan subir o bajar de peso, la clave es moderar y equilibrar, hacer de esto un hábito. Por lo tanto, no comas si no sientes hambre y selecciona una alimentación variada que incluya alimentos de todos los grupos (Escobar, 2012).
Consejo> ¿En que nos beneficia tener una sana alimentación? En tener un peso ideal, un buen sistema inmunitario, y mantenerse lleno de energía y vitalidad.
Actividad física: según la OMS (2020) se estima que la inactividad física es la causa principal de, aproximadamente, un 21% – 25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y alrededor
de un 30% de la carga de cardiopatía isquémica.
Es por ello que, realizar actividad física genera múltiples beneficios a la salud, entre los cuales tenemos:
Consejo> Te invitamos a buscar una actividad física que disfrutes, te relaje y te haga feliz. Lo ideal es un mínimo de 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos a la semana de actividad aeróbica vigorosa, o una combinación de actividad moderada y vigorosa (Clínica Mayo, 2019).
Disminuir el consumo de alcohol: el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama, colon, pulmón, riñón e hígado, aumenta con la cantidad de alcohol que bebes y la cantidad de tiempo que has estado bebiendo habitualmente (Clínica Mayo, 2019).
Consejo> Si usted bebe alcohol es mejor hacerlo con moderación, esto significa que beber no es intoxicarse (embriagarse).
Elimine el cigarro de su vida: consumir tabaco por mucho tiempo puede incrementar su riesgo a desarrollar muchos problemas de salud (MedlinePlus, 2020).
Consejo> Dejar el tabaco es difícil, sobre todo si usted lo está haciendo solo.
Busque apoyo de los miembros de la familia, amigos o compañeros de trabajo. Hable con su médico acerca de la terapia de reemplazo de nicotina y los medicamentos para dejar de fumar.
Cuídate del sol: usa un protector solar de amplio espectro con un FPS de al menos 30, incluso, en días nublados. Cuando estés al aire libre, permanece en la sombra tanto como sea posible. Mantente alejado del sol entre las 10 a. m. y las 4 p. m., cuando los rayos del sol son más fuertes
(Clínica Mayo, 2020).
Mantén relaciones sexuales seguras: limita el número de parejas sexuales y usa un preservativo cuando tengas relaciones sexuales (Clínica Mayo, 2019).
Vacúnate: es importante la colocación de las vacunas para la Hepatitis B y el Virus de Papiloma Humano (solo disponible en centros privados. No se encuentra en el esquema nacional de vacunación) (Clínica Mayo, 2019).
Visita a tú médico anualmente: es recomendable realizarte un control médico anual. No importa si eres hombre o mujer, tengas o no factores de riesgo o antecedentes familiares.
Cultiva emociones positivas: un estado de ánimo positivo está asociado a la alegría y la paz interior, favoreciendo la salud y prolongando la vida. Cuando una persona está sumergida en el resentimiento, la rabia, la angustia y la frustración, se liberan en la sangre hormonas completamente distintas a las que se liberan cuando está tranquila y alegre.
Las emociones positivas nos permiten experimentar bienestar en nuestras vidas, ejemplos de ellas pueden ser la paz, la gratitud, la satisfacción, el placer, la inspiración, la esperanza, la curiosidad o el amor. A su vez, las emociones positivas incrementan la flexibilidad cognitiva, la creatividad y la innovación en la resolución de problemas. De hecho, en las últimas décadas se ha comenzado a poner de manifiesto que los estados positivos, a nivel psicológico, no sólo forman parte integral de la salud, sino que pueden jugar un rol protector en relación a la aparición de problemas físicos y enfermedades, así como en los procesos de recuperación de las mismas (Fredrickson, 2001/Seligman, 2011).