Algunos consejos prácticos
Los pacientes con cáncer también pueden verse bien:
“Verse bien es sentirse bien”. Lo dicen los especialistas, explican que es algo que va mucho más allá de la belleza. Tienen que ver más bien con la aceptación y comodidad que sienta cada ser humano con su imagen. No importa la edad ni el sexo, ni la condición socioeconómica, ni siquiera el estado de salud; por lo general, la gente se siente bien consigo mismo cuando tiene una imagen favorable.
Ya todos sabemos que el sentirse bien eleva la autoestima, ayuda a alcanzar la felicidad, incluso colabora en la salud. Hay estudios científicos que demuestran que tener un buen ánimo fortalece el sistema inmunológico. Por lo tanto, cualquier persona enferma no debe descuidar su imagen, ni su autoestima. Ni siquiera aquellas que sufren de cáncer.
Si por el tratamiento o por el tipo de enfermedad el paciente llega a presentar una afectación en la piel, bien sea en el rostro, cuello, hombros, pecho etc., su reacción normal es tratar de disimularlo. La recomendación es no maquillarlo y acudir al dermatólogo, él es la persona calificada y preparada para realizar un diagnóstico adecuado y ofrecer al paciente una alternativa. Si la lesión se encontrara en un área muy visible, puede usar protectores solares a base de maquillaje con buena aceptación cosmética, recordar como ya se ha mencionado, hidratar la zona de los labios con labiales cremosos y evitar fórmulas duraderas sin brillo que pueden acentuar y hasta empeorar la resequedad.
El odontólogo es parte del equipo multidisciplinario con el que Ud. debe contar. Prevención de complicaciones bucales.
La salud bucal es importante en cualquier individuo, pero más aún en los pacientes con cáncer, porque su calidad de vida puede verse afectada. Es muy importante que antes de empezar con la terapia correspondiente, bien sea quimioterapia, radioterapia, cirugía o la combinación de ellas, la persona a tratar acuda al odontólogo. Esto para determinar si hay necesidad de tratamientos preventivos, o curativos, y así prevenir complicaciones como infecciones durante o posterior a la terapia antineoplásica. Las medidas preventivas principales, tales como consumo nutritivo apropiado, higiene oral eficaz y detección temprana de lesiones orales, constituyen intervenciones importantes previas al tratamiento.
Se recomienda que el paciente proceda a la eliminación de todas las patologías previamente existentes y a un saneamiento bucal completo en un lapso mínimo de 15 a 20 días antes de que comience el tratamiento. Dependiendo del tipo de cáncer que tenga el paciente (la región de la cara y cuello o en el resto del cuerpo) varía la aplicación del tratamiento odontológico, en ocasiones se amerita el comienzo inmediato del tratamiento y no se puede esperar a un lapso previo para la consulta.
Si el cáncer está en la región de cabeza y cuello el especialista afrontará las emergencias odontológicas que se presenten en períodos posteriores al inicio de la terapia. Según sea el caso del tipo de complicación: aguda y/o crónica en pacientes irradiados, en quimioterapia o en tratamiento con bifosfonato (ácido zoledrónico, ibandronato, etc.), ya hay protocolos aunque no definitivos ni de carácter universal que pueden aplicarse según sea el caso con la participación de un equipo dental experimentado en oncología oral que puede reducir el riesgo de complicaciones orales mediante el examen directo del paciente o mediante consulta con un dentista local. Una de las complicaciones recientemente observadas es la osteonecrosis de los maxilares en aquellos pacientes que reciben o están recibiendo bisfosfonatos. Es importante conocer la historia completa del paciente, estudio de la enfermedad y medicamentos que se le han estado suministrando y trabajar de cerca con el o los médicos tratantes. Es mejor utilizar la prevención y aplicación de protocolos adecuados, que tener que tratar ulteriormente las complicaciones óseas maxilares. No todos los pacientes tratados con bisfosfonatos presentan problemas dentales o bucales y sus beneficios son mayores a las complicaciones.
Nutritips de alimentación. Estos consejos le ayudarán a sacar un mejor provecho de su alimentación:
- Si tienes estreñimiento, mareo o vómitos consume caldos sin grasas, consomé, jugos de frutas naturales claros, agua saborizada, té, gelatina.
- Consume alimentos fáciles de tragar si tienes fatiga o náuseas como compotas, guisos, crema de cereales (trigo, arroz), puré de papas, puré de comida cocida, sopas, alimentos guisados, ensalada de atún.
- Algunos de estos alimentos le caen muy bien al estómago: queso magro o bajo en grasa, pollo, pescado (cocido a fuego lento o a la plancha), fideos o pasta hervida (sola), arepitas de concha suave o bien la masa de la arepa (sola), papas al vapor, cereales calientes como una crema de arroz, puré de verduras como el ocumo o apio.
- Estos alimentos son fuente importante de proteínas importantes para tu nutrición. Añade a los alimentos queso duro o semiduro (magro o sin grasa) derretido o rallado; añade ricota o requesón a los guisos, espaguetis u otras preparaciones, consuma leche descremada, una idea puede ser preparar sopas, bebidas, cremas a base de leche. Consuma huevos duros en las ensaladas, en el puré de papas, omelletes.
- Consuma frutas y hortalizas como fuente de fibra, cuidando siempre que estén bien frescas y cuidadosamente lavadas, evitando frutas muy ácidas como los cítricos, también puede consumir frutos secos o incorporarlos a otros alimentos como el yogurt. Las leguminosas son fuente importante de hierro, consulte con su médico en qué cantidad y con qué frecuencia puede incorporarlas a su menú.
- Finalmente incorpore alimentos ricos en vitaminas como la D a su dieta, esta se encuentra en la leche, huevos, pescado, los cereales y de las misma forma incorpore alimentos ricos en calcio, como los derivados de la leche, huevos, pescado, frutas como el higo, las aceitunas, el níspero, la guayaba. Procurar consumirlos enteros y no en zumos ya que se pierde gran cantidad de calcio en el proceso de trituración y mecanizado.
La actitud personal es vital en pacientes oncológicos
Existen estudios que apoyan la teoría de que el sistema inmunológico puede verse influenciado por las emociones. Un ejemplo es la actitud frente a una situación como lo es una enfermedad.
Aquellos pacientes que se sienten tranquilos y esperanzados tienden a manejar mejor los tratamientos frente a aquellos que están desanimados o llenos de rabia. Las emociones y los estados de ánimo influyen en el desarrollo o la mejoría de enfermedades; en algunos casos es determinante. Aquí consejos y recomendaciones que pueden ayudar.
- Tener una actitud positiva ante el diagnóstico que nos brinde el médico, aunque en ocasiones puede resultar difícil, sobre todo, con enfermedades que crean tanta expectativa como el cáncer.
- Si es necesario, buscar acompañamiento terapéutico para drenar las inquietudes, vicisitudes y miedos que generan la patología oncológica. Esto puede ayudar a la persona a manejar etapas anímicas inherentes al manejo del duelo (pérdida de la salud) por las que el paciente oncológico puede pasar, como la negación, rabia, depresión, regateo o negociación y aceptación. En la etapa de rabia es recomendable que el médico tratante y la familia intenten hacerle entender al paciente, que mientras más rápido acepte lo que le está sucediendo, más pronto y oportunamente puede comenzar su tratamiento y con mayor probabilidad de ver los resultados. Si el paciente llegase a pasar por la etapa de la ira, donde se preguntan repetidas veces ¿por qué a mí? En este momento en especial es necesario el apoyo terapéutico. Una de las etapas más comunes es la depresión en la que se sumergen los pacientes con cáncer, aquí están abiertos a recibir ayuda de aquellas personas cercanas que quieran brindarle apoyo y generalmente aceptan ir al terapeuta, para no profundizar y hundirse en la depresión. Y la fase a la que todo paciente debería llegar desde que reciben el diagnóstico es la aceptación. Aquí no sólo están abiertos a recibir orientación, sino que además la buscan y promueven en otras personas. En esta etapa perciben que lo que les sucede es una oportunidad para el cambio y por lo general, las reacciones al tratamiento son mucho más favorables desde el punto de vista físico y psíquico.
- Otra alternativa es sobrellevar la enfermedad sin apoyo terapéutico a lo que algunos pacientes responden muy bien con el apoyo de familiares, amigos o grupo de personas de un equipo social o religioso. Esto le permite a la persona que está en tratamiento sentirse acompañado y amparado.
- El papel del médico es importante, es por esto que debe pedirle ser específico. Es recomendable que el paciente, después que el médico con un lenguaje científico pero claro y preciso le dé el diagnóstico, sea él mismo quien pregunte si es cáncer. Siempre se debe recordar decirle al paciente la verdad con sensibilidad y que la persona sienta la libertad de aclarar las dudas y preguntas que puedan surgir durante el transcurso de la enfermedad. Los beneficios de las terapias psicológicas no se ven en dos sesiones, cada persona evoluciona de forma distinta, pero una vez que recibe la terapia el paciente lo demuestra por su estado de ánimo. A su vez, los resultados, se ven reflejados en la evolución de la enfermedad.