El 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermería, en conmemoración del aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, considerada la creadora de la enfermería moderna. Entre sus acciones más destacadas se encuentran el trabajo voluntario en el cuidado de personas enfermas durante la Guerra de Crimea, en el año de 1854 (Ortega, 2007).
El cuidado de los enfermos existe desde la antigüedad y eran facilitados principalmente, por voluntarios sin mayores conocimientos sanitarios. Desde entonces la enfermería ha evolucionado y desarrollado su trabajo sobre fundamentos científicos basados en la evidencia (Prieto, 2019).
En Venezuela, las primeras escuelas de enfermería fueron creadas en 1936, cuando la salud y la educación se convierten en una de las prioridades del Estado Venezolano. Actualmente, las enfermeras y enfermeros son preparados a nivel universitario con una formación de 3 años para los Técnicos Superiores Universitarios y 5 años para los Licenciados en Enfermería (Rodríguez, 2011). Posterior, se realizan especializaciones en diversas áreas entre ellas la oncología, cuyo postgrado fue aprobado en Venezuela por la Universidad Central de Venezuela y el Consejo Nacional de Universidades en septiembre del 2008 (Universidad Central de Venezuela, 2017).
Según la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (2020), la práctica de la enfermería oncológica se define como la prestación de servicios por enfermeros profesionales y competentes, al individuo, familia o comunidad, en todo el continuum salud-enfermedad, desde la prevención del cáncer a los cuidados del enfermo en situación terminal. Los especialistas en enfermería oncológica desarrollan sus funciones de asistencia, docencia, gestión e investigación utilizando un método científico.
Los enfermeros y las enfermeras oncológicos son una pieza fundamental en el cuidado de los pacientes, sin ellos el trabajo de los oncólogos y el resto de los profesionales de la salud no sería posible. Por tal motivo, la Sociedad Anticancerosa de Venezuela los reconoce y los honra por tan noble labor y se complace en entrevistar a la Licenciada en Enfermería Secundina Cárdenas egresada de la Universidad Central de Venezuela. Creadora y Coordinadora del postgrado de Enfermería Oncológica de la Universidad Central de Venezuela (UCV), miembro activo de la Sociedad Científica de Enfermería Oncológica. Actualmente ocupa el cargo de Enfermera II (Turno tarde) en el Instituto Oncológico Dr. Luis Razetti (IOLR).
Los profesionales de enfermería que laboramos en el área de oncología cumplimos diversas funciones y actividades de acuerdo a la unidad clínica en la que nos desempeñamos, tales funciones están enmarcadas en lo administrativo, asistencial y docente.
En cuanto a lo asistencial, su desempeño está referido al cuidado tanto al paciente pediátrico como al adulto, en el área de las diferentes consultas y el área clínica, en cirugía, radioterapia, quimioterapia ambulatoria, en hospitalización y en cuidados paliativos, tanto en los entes de salud pública como privada. Al mismo tiempo, se puede desempeñar en el ámbito ministerial, ya que ese departamento existe, aunque actualmente no hay ninguna figura de enfermería laborando en ese cargo.
Por último en el área docente, dentro de sus funciones está actualizar a los profesionales de enfermería para el cuidado del paciente oncológico y diseñar protocolos de autocuidados para el paciente, así como educar al paciente y a la familia para los diferentes cuidados que debe mantener en el hogar con cada modalidad de tratamiento que recibe.
Me he dedicado a la especialidad en enfermería oncológica porque siempre he sentido que aporto como profesional en la persona que cursa una enfermedad neoplásica y en su familia, ya que veo que se requiere de fuerza de voluntad y calidad humana debido a que la vida del paciente está más vulnerable, lo que me hace tener más compromiso por adquirir conocimiento, para mejorar mi desempeño.
En salud nos vemos obligados cada día, a aprender más para cuidar del otro. La Oncología es una especialidad que requiere de mucho conocimiento y de nuestro compromiso. En resumen, me he dedicado porque me gusta cuidar, enseñar al autocuidado, me gusta el conocimiento, en oncología se aprende cada día, por lo que me actualizo cada vez que puedo.
El postgrado fue aprobado en Venezuela por la Universidad Central de Venezuela y el Consejo Nacional de Universidades en septiembre del 2008, se inició con el primer grupo de Licenciados en Enfermería como estudiantes de postgrado, en mayo del 2009.
Se han graduado, hasta la fecha, 40 profesionales de enfermería con especialización en enfermería oncológica, los cuales se encuentran desarrollando su trabajo, dentro y fuera de nuestro país.
Es muy difícil. Lamentablemente lo realiza solo de acuerdo a sus posibilidades, pues vivimos en un momento histórico en que cada quien debe buscar su estrategia por sus propios medios para mantener un equilibrio físico y emocional. Es inevitable verse abrumado por diversos factores externos que afectan nuestro desempeño. Dada la situación del paciente, que en oportunidades no cuenta con los requerimientos para el tratamiento y cuidado del mismo, lo cual favorece al retraso en la mejora de su salud. Nada de eso es fácil, a veces uno siente que todo el esfuerzo para que el paciente salga de su problema de salud o mejore se cae, ya que el hecho de ver que un paciente no encuentra la radioterapia, la quimioterapia o no logra realizar la intervención quirúrgica en el lapso estimado, entre cada modalidad de tratamiento, no contribuye a su mejora; eso entre otras cosas, como las condiciones de trabajo, la falta de insumos para trabajar y un sueldo nada acorde con la realidad actual, suma para que exista desequilibrio en el bienestar en los profesionales de la enfermería.
Mi mensaje a los profesionales de enfermería es que se sumen a la preparación académica para aumentar su conocimiento y por ende especializarse para proporcionar mejores cuidados al paciente y a su familia.
El cuidado al paciente oncológico es especializado, debe poseer un conjunto de conocimientos que le van a permitir saber el porqué de cada cuidado, de cada medicamento que administra y lo que ocurre en cada paciente, por lo que se puede adelantar en la mayoría de los casos, la prevención de complicaciones en el área o unidad clínica que se desempeñe; tiene opciones de desempeño en el área clínica, en el área preventiva, tanto en el sector público como en el privado.
En el postgrado de enfermería oncológica se aprende y reafirma entre otras cosas a conocer a la persona como tal, a ver al ser humano desde distintas esferas, donde la sensibilidad humana y el conocimiento van de la mano para poder proporcionar cuidados. De lo que aprendemos depende la calidad del cuidado que ofrecemos.
También le diría que escogimos una profesión que requiere mantenernos actualizados, donde la especialización le permite desempeñarse ubicándose en el contexto individual de cada paciente, con conocimientos específicos. El saber nos da seguridad en nuestro desempeño. Y en salud el conocimiento se debe obtener diariamente.
Es admirable la labor que desempeñan día a día los profesionales de la enfermería, más aún, en la situación actual del país y del mundo, donde su bienestar físico, emocional y socio-económico se han visto afectados por la pandemia, sin distinguir el área o servicio médico donde trabajen.
Una de las ramas de la enfermería que requiere de la empatía, respeto y compasión como clave para su desempeño, es la Oncología. El personal de enfermería tiene un papel de vital importancia en el proceso oncológico de un paciente, los acompañan, realizan un control y seguimiento de los síntomas propios de la enfermedad y de los efectos secundarios que causan los tratamientos antineoplásicos y orientan a los cuidadores. Toman en cuenta los aspectos psicosociales del enfermo y su familia, para conseguir una atención integral que responda a las necesidades de los mismos. Adicional, trabajan en la promoción de la salud y en la prevención del cáncer.
Las enfermeras y enfermeros son la cara visible que tienen los pacientes cuando llegan a un centro de salud. Ellos entienden la complejidad de ser un paciente oncológico, quien no es simplemente alguien con un cuerpo enfermo, es una persona con una mente y un espíritu vivo, en constante crecimiento. Que mantiene relaciones con su familia y amigos, con actitudes y aptitudes, intereses, sueños y esperanzas, que van a verse afectados todos ellos por su estado de salud (Sociedad Española de Enfermería Oncológica, 2020).
En conclusión, las enfermeras y enfermeros son un punto de apoyo para los enfermos y sus familias, son las personas que más contacto tienen con los pacientes y aportan mucha información sobre su estado general físico y emocional.