La quimioterapia, la radioterapia o la enfermedad en sí, pueden causar alteración del olor y del sabor.
Experimente con alimentos y bebidas que usted no está acostumbrado a ingerir.
Enjuague la boca con agua antes de las comidas.
Permita que otras personas preparen las comidas.
Mantenga los dientes cepillados y procure beber bastante líquido durante el día, en intervalos pequeños, para mejorar la percepción del sabor.
Prefiera alimentos que tengan buena apariencia y buen olor para usted, de preferencia fríos (frutas, gelatinas, muses, yogures, batidos y pudines) o a temperatura ambiente.
Procure marinar las carnes para que tengan mejor sabor. Use salsa agridulce en las preparaciones si lo desea.
Utilice hiervas aromáticas en su comida: cebolla, ajo, cebollín, cilantro, orégano, albahaca, tomillo, nuez moscada, así como limón, frutas cítricas, vinagre y encurtidos (en caso de no presentar heridas en la boca).
Disuelva caramelos de limón, menta o chicles sin azúcar para ayudar a evitar el sabor desagradable que permanece en la boca después de la alimentación.
Procure utilizar utensilios de plástico, en caso de tener un sabor metálico en la boca.
Si el agua tuviese un gusto amargo, procure colocarla dentro de una jarra con ramas de menta o cáscaras de naranja. El agua tendrá un sabor más agradable y refrescante; o pruebe las aguas saborizadas.
Esté preparado para que ocurran alteraciones con el sabor y el olor. Habrá días en que usted no va a querer su comida favorita porque el sabor está alterado. Otras veces, estará apto para comer un alimento que no toleraba el día anterior.