La pérdida del apetito es uno de los problemas más comunes que pueden ser causados por el tratamiento o por la enfermedad en sí. Las emociones como miedo, depresión, tristeza, también interfieren con el apetito.
Algunas veces, puede ser efecto colateral de otras condiciones como náuseas, vómitos, alteraciones del olor o sabor de los alimentos, que pueden llevar a la supresión del apetito. Procure seguir estas orientaciones. En caso de que no sienta mejoría, pida una consulta con un nutricionista.
Procure comer varias veces al día (cada 3 horas aproximadamente) en pequeñas cantidades.
Realice el tradicional: desayuno, almuerzo, cena. Procure comer en los intervalos de esas comidas. Eso lo puede ayudar a ingerir más alimentos a lo largo del día sin sentirse tan “lleno”.
Procure “pellizcar” algunos alimentos como frutas, barras de cereales, frutas secas, galletas integrales. Llévelos con usted cuando salga de casa.
Si no consigue ingerir alimentos sólidos, intente con líquidos durante el día: jugos, sopas, cremas, merengadas, yogures.
Evite beber líquidos durante las comidas (a menos que esté presentando boca seca o dificultad para tragar) para no sentirse “lleno”. Ingiera líquidos 30 minutos antes o después de las comidas.
Converse con su nutricionista sobre los suplementos nutricionales, como bebidas o merengadas, que poseen una cantidad extra de vitaminas, minerales y calorías que pueden ayudarlo a alcanzar sus necesidades energéticas y proteicas.
Procure cambiar la forma de presentación del alimento, eso podrá hacerlo más apetitoso para usted. Por ejemplo, si le resulta difícil ingerir fruta, procure mezclarla por ejemplo con leche pasteurizada descremada para hacer una merengada.
Pruebe comidas nuevas. Sea creativo a la hora de los postres. Experimente con recetas, saborizantes, especias, tipos y consistencias de alimentos.
Haga del horario de la comida un momento agradable, procure escuchar buena música, ver la televisión o comer en un restaurante con amigos. Procure comer en mayor cantidad cuando sienta hambre. De preferencia los alimentos que más le gustan.
Procure servirse en platos pequeños y no colocar muchos platos en la mesa.
Prepare y almacene porciones pequeñas de sus alimentos preferidos, de manera que estén listos para consumirlos cuando sienta hambre.