La RADIOTERAPIA es el uso de Rayos X o de otras partículas de alta potencia para destruir las células cancerígenas, reduciendo el riesgo de recaída local, lo que se asocia a una mejoría en la sobrevida. Para la administración de este tratamiento se requiere de equipos especializados como los aceleradores lineales o cobalto 60 y de un personal altamente capacitado en el área. La radioterapia debe ser administrada en todas las pacientes a las que se realizó una MPO, y en casos específicos, como ganglios positivos y tumores voluminosos para aquellas sometidas a MRM.
El especialista encargado de planificar el tratamiento es el Radioterapeuta Oncólogo, es quien evalúa a la paciente de forma individual y decide el esquema de tratamiento a utilizar. En este sentido el esquema estándar tiene una duración de 25 fracciones de lunes a viernes; en el caso de algunas pacientes, se les administra una dosis de refuerzo (5 fracciones) en la zona donde se encontraba la lesión.
Actualmente, existen otros esquemas, el hipofraccionamiento donde se administra mayor dosis al día reduciendo los días de tratamiento. Ejemplo, 16 fracciones de lunes a viernes, con una dosis de refuerzo de 3 fracciones. Por ello, es necesaria la evaluación exhaustiva para decidir este tipo de esquemas, ya que tiene indicaciones precisas.
Los efectos secundarios son locales, es decir, solo en el área tratada:
No se presentan signos como vómitos, diarrea o caída del cabello. Los efectos pueden ser un poco más pronunciados en los regímenes de hipofraccionamiento. A medida que pasen los días se acumula dosis, por lo que los efectos van a ser mayores al final de la radioterapia.